miércoles, 21 de diciembre de 2011

Casa Belén

En los últimos días de nuestra estancia por Honduras, nos enteramos que unos paisanos nuestros, el comedor social Paris 365, habían alcanzado un acuerdo de colaboración con un proyecto hondureño llamado Casa Belén. El principal valedor de dicho proyecto es el Padre Ramón Martínez, un hombre que colaboraba con los proyectos de ACOES además de todas las labores que él realiza en Honduras.

Como no nos queríamos volver a España sin visitarlo y así poder conocerlo de primera mano, Javi y yo nos pusimos en contacto con Ramón y quedamos con él un viernes para acudir al centro. La realidad es que el padre Ramón es una persona cercana, con una gran humanidad y que tiene una gran capacidad de afrontar la vida con cachondeo, buen humor y positivismo aunque las adversidades sean muy grandes; y quieras o no, en el poco rato que puedas compartir con él, te contagias de ese espíritu, al igual que a las personas que acuden al lugar. Pues bien, aquí os dejo un pequeña reseña de lo que fue ese día.

Casa Belén es un centro habilitado para personas con problemas situado en el barrio de Belén en Tegucigalpa. Es un lugar complicado, que raro en Tegucigalpa decir que un barrio no es difícil, en el que las principales personas que acuden son personas sin hogar, drogodependientes, alcohólicos y madres con niños desnutridos. Las instalaciones con las que cuenta son un centro médico con sus diferentes salas para atender según necesidades: sala de espera, consultorio, enfermería, zona para dentista, oculista, sala psicología… además, encontramos una capillita, varias salas de charlas, reuniones, actividades de grupos, una zona para aseo personal, un patio de diversiones y un comedor acompañado de la cocina correspondiente.

Los objetivos fundamentales que persigue este centro es dar la posibilidad a las personas que se encuentran más abandonadas por la sociedad, a reengancharse a la vida. Más de una vez hemos recalcado en el blog que en Honduras sólo hay una oportunidad de aferrarse a la vida, que el tren solo pasa una vez y no se puede escapar. Pues bien, como todas las personas del mundo nos podemos equivocar, este centro busca tender la mano a aquellas personas que en su día no decidieron por diferentes motivos personales (bien porque no quisieron, no pudieron, o porque la vida no les dio una primera oportunidad) aferrarse a la vida. Al frente del proyecto, trabajando día a día se encuentra Noraida, una mujer valiente que con su paciencia y bienestar tiene que lidiar todos los días con situaciones insostenibles y cuyas decisiones hay veces que no son del agrado pero el lugar te exige ser fuerte. Con ella, la psicóloga, dos cocineras, una enfermera y voluntarios, voluntarios hondureños de Acoes y de Casa Domingo. Me agradó ver que había voluntarios de Casa Domingo, ya que son unas personas de la calle recogidas con problemas de todo tipo, aunque fundamentalmente droga, alcohol y enganchados al pegamento, y que poco a poco han ido reenganchándose a la vida gracias al trabajo constante de los educadores. Y una vez que ya han conseguido reinsertarse, vivir de forma independiente y tener un trabajo, ahora ellos mismos deciden colaborar, para a su vez, dar ejemplo al resto de que si quieren pueden salir adelante.

El funcionamiento del centro me gustó, Casa Belén es un comedor, y como tal, la funcionabilidad es dar de comer a estas personas y conseguir que se mantengan aseadas. Pero, como todo en este mundo, nada es gratis. Para ellos recibir el alimento, deben dar algo a cambio. Pues bien, las mujeres que acuden con sus hijos desnutridos, para poder llevarse el plato diario de comida para ella y su hijo/a, deben acudir al centro de forma periódica para ver la evolución del hijo, es decir se les pesa, se mide y se evalúa su salud para cerciorarse de que la leche se usa correctamente y no la venden a posteriori. Además, todas las madres tienen que acudir a charlas con la psicóloga en la que hablan de temas relacionados con la salud, higiene, alimentación de los hijos… nos impresionó ver lo contentas que acudían las mujeres al centro y como colaboraban en todas las dinámicas y charlas. En lo que se refieren a alcohólicos y drogadictos, para poder recibir el plato diario, se les exige acudir a una reunión previa donde se les hace unas charlas con dinámicas con un estilo parecido a alcohólicos anónimos o proyecto hombre.

En mi parecer me pareció un proyecto apasionante, con mucho trabajo que hacer cada día y muy impresionado al escuchar a las personas contando sus historias cuando les preguntas que tal estas. Son gente con una gran necesidad de hablar y sentirse escuchados por un rato. Y si mientras comen, te sientas con ellos, se disfruta oyéndoles. Lástima no haberlo conocido antes.

Muchas gracias al comedor Paris 365 porque Casa Belén lo necesita… y lo merece!

Os dejo el link de la noticia para aquellos que estuvisteis despistadillos.

http://www.diariodenavarra.es/noticias/navarra/pamplona_comarca/el_comedor_paris_365_consigue_los_primeros_000_euros_para_sus_hermanos_casa_belen_honduras_51464_1002.html

Casa Belén


Comedor


Aseos

Centor médico

Sala de charlas

Hora de la comida


madres recogiendo leche

Reparto de bolsas de leche


Comedor tercer turno


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