miércoles, 31 de agosto de 2011

Recogida de alimentos

Atarrabia contra el Hambre de Honduras.

4 jovenes del pueblo van durante 3 meses como cooperantes a Honduras, un país necesitado de mucha ayuda y quiere dar la oportunidad al pueblo de Villava/Atarrabia de poder ser participe de este viaje.

Desde la Ong Acoes se lleva trabajando mucho tiempo en Honduras, se han conseguido grandes cosas y hay muchos proyectos aun por realizar. Hoy surge esta iniciativa desde esta organización y res...paldada por los jóvenes del pueblo queremos hacerla llegar hasta vosotros.

Este sábado 3 de septiembre hay una jornada de recogida de alimentos durante todo el dia. Habrá unas mesas en la puerta de los establecimientos del Caprabo y Eroski donde podréis depositar lo que deseéis al igual que pedir información de la ONG o del país. Se pide por favor que los alimentos sean no perecedero (macarrones, arroz…) para que puedan llegar allí en un estado óptimo.

Una vez más esperamos la ayuda de todos vosotros para poder recoger la mayor cantidad de alimentos que irán directamente hasta allí.

Desde aquí nos gustaría dar las gracias de antemano a toda la gente y esperamos veros por allí.

NO SE CONSIGUE UN MUNDO DIFERENTE CON GENTE INDIFERENTE

lunes, 1 de agosto de 2011

Contra viento y marea

Articulo del 31/07/2011 de la revista magazine. Para conocer un poco mas sobre Honduras.

Contra viento y marea

Honduras

Texto de Marta Ricart
Fotos de Kim Manresa
Dos años le ha costado a Honduras salir de la última crisis, derivada del derrocamiento del anterior presidente. El país centroamericano, acosado por la pobreza y la violencia, intenta encarrilar el camino del progreso
Un vigilante jurado, ostentosamente armado, vigila junto a un mercado en el centro de San Pedro Sula, la segunda ciudad de Honduras
"Honduras es un país con muchas posibilidades”. “Su problema no es la política, es la pobreza; mande quien mande, parece difícil dar la vuelta a la situación”, comenta un grupo de hondureños de clase media en Tegucigalpa, la capital de esta república centroamericana. El país, de ocho millones de habitantes, se debate entre la pobreza y la violencia y las ansias de progresar.

La pobreza azota al 60% de los hogares hondureños, pese a que la década pasada se redujo un poco. El ingreso anual bruto per cápita es de 2.600 euros (en España es de 21.000), inferior al de todos los países del área salvo Nicaragua; los ingresos de Costa Rica y Panamá son tres o cuatro veces superiores, según el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, que además considera Latinoamérica la región con más desigualdad –y en Honduras crece–, pues el grueso de los ingresos se concentra en un reducido porcentaje de población.

La estrechez económica y la falta de expectativas por el elevado desempleo hacen que más hondureños sean vulnerables a las potentes tramas del tráfico de drogas que dominan Centroamérica y que originan desde casos de corrupción política o policial hasta una insaciable violencia. Honduras tiene una tasa de homicidios disparada: 70 por cada 100.000 habitantes. San Pedro Sula, la capital industrial, es la tercera ciudad más peligrosa del mundo, tras Ciudad Juárez y Kandahar, según un estudio de organizaciones civiles mexicanas. Tegucigalpa es la séptima.

Cada día hay 16 homicidios de media en el país, según el Observatorio de la Violencia, ligado a la Universidad Autónoma de Honduras. En el primer semestre del 2010 hubo 488 muertes al mes, frente a 439 un año antes. La cifra sigue al alza en el 2011, aún sin datos cerrados. El 52% de las muertes son obra de sicarios.

Los informes de las Naciones Unidas (ONU) sitúan Honduras entre los países de desarrollo y riesgo medios, pero los mismos funcionarios internacionales admiten que esto no responde a la realidad. En los mapas de la ONU, la extensa costa norte y la frontera con Guatemala es una franja roja de alto riesgo, donde los narcotraficantes campan a sus anchas. Hace quince días, las patrulleras hondureñas en el Caribe interceptaron incluso un submarino de los narcos.

Un niño en Puerto Cortés, uno de los principales puertos del Caribe y donde, como en la cercana Omoa, hay una huella colonial y se ve más turismo que en las ciudades del interior
Los narcos están asociados con toda clase de organizaciones criminales. Las redes del tráfico de droga se usan, por ejemplo, para el tráfico de personas que quieren ir a Norteamérica; igualmente, han reclutado a las maras (las pandillas juveniles)”, explica un experto en seguridad de la oficina de la ONU en Tegucigalpa. Cuenta un caso: una mara cobraba a unos comercios un impuesto de guerra. Una tienda extorsionada cerró, y los mareros que le cobraban ofrecieron a la dueña financiarle la reapertura. La mujer no aceptó ser una tapadera de actividad delictiva. “A las maras ya ni les hace falta el impuesto de guerra, ingresan más con otras actividades”, dice el experto. Faltan policías en el país, lo que se intenta compensar con vigilantes privados. Ahora se ensayarán en algunas ciudades las cámaras de vigilancia en las calles. Este mes, eurodiputados y oenegés pidieron a la Unión Europea que ayude a Honduras a reforzar su sistema judicial para reducir la impunidad.

Por si los problemas endémicos de la región y el país –incluidos huracanes y terremotos– no bastaran, Honduras, que la pasada década tuvo un crecimiento económico, se volvió del revés el 28 de junio del 2009 por el golpe de Estado contra el presidente liberal Manuel Zelaya. Para sus detractores, fue una “sucesión constitucional”, ya que el presidente pretendía saltarse la Constitución, que no permite repetir mandato. Se apuntó también a su giro populista y al seguimiento del venezolano Chávez. Para algunos hondureños, las políticas de Zelaya (aunque populistas) en favor de los más pobres, como el aumento del salario mínimo del campesinado, alarmaron a la clase dirigente, que pilotó un derrocamiento con respaldo militar, de sectores del partido gobernante, del Congreso, la Corte Suprema... Esta tesis se ampara en que el presidente actual, Porfirio Lobo, del también conservador Partido Nacional y elegido a finales del 2009, cultiva la buena relación con Chávez –después de todo, el país necesita el petróleo venezolano– y también plantea reformar la Constitución. Eso sí, con consenso y diciendo que no pretende repetir mandato.

El golpe dividió el país y le comportó el rechazo internacional. Dos años ha costado capear el temporal y restablecer una cierta normalidad, rubricada por la vuelta del exilio de Zelaya, el pasado 28 de mayo, y días después, la readmisión de Honduras en la Organización de Estados Americanos (OEA). La Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que intenta pacificar el país, ha concluido que tanto Zelaya y los suyos como quienes le derrocaron violaron la Constitución. Tablas.


Detalle de una céntrica calle de Tegucigalpa
“Ahora está fluyendo de nuevo la ayuda internacional, que quedó toda suspendida; fluyen las relaciones comerciales entre privados, que se vieron afectadas; se ha recuperado en buena parte la confianza, pero sería optimista pensar que vamos a recuperar en cinco años lo perdido en dos. Yo no lo creo. A finales del 2009 se estimó una pérdida de 5.000 millones de dólares. Fácilmente debe de haber superado los 10.000, dinero que Honduras ha dejado de recibir y producir. Ha afectado al desarrollo; la inversión cayó; se ha hecho un daño tremendo al pueblo hondureño, sobre todo por la incertidumbre y la desconfianza que se crearon por las injerencias externas”, analiza el empresario Luis Larach, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, la región industrial del país.

En Honduras, se dice que un puñado de familias dominan la economía del país e influyen decisivamente en la política. Una de ellas es, sin duda, la de Larach. Sus antepasados crearon una conocida empresa de ferretería en 1888 cuando llegaron a Honduras (procedentes de Palestina), y de ahí se expandió un imperio con ramificaciones en distintos sectores, desde la energía hasta el turismo.

Larach asegura que la crisis política que hizo retroceder el país no tuvo sólo causas internas: “Hubo un rechazo total de la comunidad internacional porque los medios de comunicación internacionales desinformaron, tenían una estrategia. No tenía nada que ver un asunto interno con un tema externo; era un problema prácticamente dentro de un partido, el presidente Zelaya estaba incumpliendo la legalidad y la Constitución, y se llegó a un acuerdo de toda la institucionalidad. Pero mediáticamente se trató de forma arbitraria y causó enormes problemas al país. Al romper relaciones todos los países se creó incertidumbre; recordemos que dependemos de agentes financieros internacionales”. “El esfuerzo que ha hecho el Gobierno de Lobo, se lo reconocemos, de restablecer relaciones con la comunidad internacional y entrar en la OEA, es muy positivo –valora el dirigente empresarial–. Sin embargo, durante dos años, tanto el sector público como el privado hemos estado sin apoyos. Se descuidó la deuda interna, y tenemos serios problemas de falta de inversión, un desempleo que ronda el 53% y la inseguridad que afectan a toda la región”.


En una asamblea en San Pedro Sula en junio, los partidarios del ex presidente Manuel Mel Zelaya decidieron constituirse en partido
A la precariedad por la crisis política se atribuye incluso el gran repunte que hubo en el 2010 de las infecciones de dengue (este año, apenas hay). “La crisis golpeó el ánimo de la gente, tras unos años en que se veía encarrilado el progreso del país”, apunta una responsable de programas sociales de Choloma, ciudad norteña de maquilas (industria textil).

“Los problemas políticos impiden buscar soluciones a la violencia y a la pobreza”, juzga un funcionario extranjero de la ONU en Honduras. Larach reconoce que “ha habido una imposibilidad gubernamental de atender factores de su competencia como la atención social y la seguridad”, pero dice que ya ocurría antes del 2009 y por eso, por ejemplo, muchas empresas desarrollan programas de atención social.

Tanta pobreza “es inadmisible”, y hay que acabar con la “política de circo” y centrarse en “los problemas reales”. Son los mensajes que dejó en junio en un diario local, al ser relevado, el embajador de Estados Unidos en Honduras, Hugo Llorens, diplomático con experiencia en Latinoamérica. Es difícil predecir si se escucharán estas opiniones. “En Honduras, la no credibilidad de los políticos es como un iceberg. Hemos empezado a erosionarlo, pero los cambios no serán súbitos”, asegura el médico Reinieri Alonso Laitano, superintendente de Acción Social del Ayuntamiento de San Pedro Sula (gobernado por el Partido Liberal).

La política sigue caliente en el país. El ex presidente Zelaya es ahora adalid izquierdista, y hace un mes sus partidarios decidieron convertir su Frente Nacional de Resistencia Popular en partido para concurrir a las elecciones del 2013. Y en junio, antes de un periodo vacacional, el Parlamento aprobó una ley de Seguridad Poblacional que ha generado muchas controversia.

La ley grava algunas operaciones bancarias y negocios como la comida rápida, la telefonía móvil y los casinos para recaudar dinero para la lucha contra la violencia. La idea surgió del empresariado, aunque luego se volvió en su contra. “Nosotros –cuenta Larach– dijimos de coayudar la ciudadanía en seguridad dada la precaria situación del Gobierno. Se trabajó para minimizar el impacto en la ciudadanía y en la empresa, que ya han estado sufriendo necesidades por la situación económica mundial y la crisis política. Se empezó a consensuar una medida voluntaria y puntual para recaudar 1.500 millones de lempiras (60 millones de euros); pero acabaron siendo tasas para cinco años y más de 4.000 millones que se dedicarán, se dice, a ayuda social, a hacer campaña política. El sector privado iba a manejar esos recursos, y el Gobierno sólo nos ha dado una silla en el fideicomiso que los gestionará. Nos sentimos utilizados”.


Un cartel de las obras de ampliación de la red viaria de la capital
Al empresariado le preocupan tanto la inseguridad como el desempleo, pero, pese a todo, “en seguridad sentimos que se va por el buen camino; en empleo, a peor”, dice Larach.
Una cumbre regional sobre seguridad celebrada en junio en Guatemala dio un poco de aire a Honduras, pues se acordó aumentar la coordinación y los recursos internacionales. Estados Unidos prometió más apoyo. Los hondureños creen que ese país, al ser el mercado de la droga, debe implicarse más en combatir el narcotráfico en toda América. “Hay países que se quedan la droga y el dinero, y otros nos quedamos con las armas y las muertes”, dijo sobre el tema el empresario mexicano Carlos Slim, opinión que comparten los hondureños.

Violencia y pobreza. El pez que se muerde la cola en Honduras. Ambas cosas preocupan a Manuel, Mauricio, Kevin y Cecilio, estudiantes de mecánica de maquila en San Pedro Sula. Chicos que se han mantenido al margen de la violencia –que también los hay–, aunque algunos son de los barrios donde las maras reclutan adeptos. Los estudiantes cursan su último año y, tras las prácticas, su inquietud es si encontrarán trabajo. Dicen que los mejores técnicos, probablemente sí; los demás... ¿Qué harán si no? Se encogen de hombros.

El paro es lo que más quita el sueño a los jóvenes, corrobora Eduardo, joven con carrera universitaria. Él tiene empleo, pero su hermana y muchos de sus amigos, no. Ni perspectivas. La sociedad hondureña, sobre todo la juventud, tiende cada día más al estilo de vida norteamericano. En el panorama urbano, por ejemplo, se suceden los locales franquiciados y de comida rápida, los malls (centros comerciales); pero muchos chicos y chicas no tienen dinero para esta sociedad de consumo (el sueldo mínimo son 220 euros mensuales, una cerveza en un bar cuesta dos). Los viernes, día de paga, se notan en los locales de ocio; los demás días… se nota que el dinero no abunda. Y encima, hay que vigilar adónde se va para no verse enredados con las maras, “que están por todas partes”, cuentan los estudiantes de mécanica.

¿En qué piensan los jóvenes hondureños? ¿En emigrar? Las remesas que envían los emigrantes son una de las principales fuentes de ingresos de Honduras, mermada también con la crisis económica. “La emigración es, en gran parte, de personas no cualificadas. Muchos de los jóvenes que salen de la universidad intentan quedarse en el país”, asegura Eduardo. Todavía hay confianza en el país.


Dos de las reinas de la Feria Juniana, todo un acontecimiento en San Pedro Sula. Las fiestas patronales concentran, en junio, espacios de exposición y carpas donde comer y divertirse en el recinto ferial Expocentro
Cómo sobrevivir a un paro del 52%

La tasa de desempleo en Honduras supera el 52%, subraya el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, Luis Larach. “En un país que no tiene ingresos no puede funcionar la empresa privada ni nada. Tenemos que hacer crecer tanto la parte empresarial como la social. Es prioritario generar empleo”, indica. La crisis política empeoró también este aspecto. “Hay que generar 200.000 empleos al año para dar salida a los jóvenes; en lugar de eso, en dos años perdimos 180.000 puestos que, con los no creados, significa 600.000 parados más. La entrada en la OEA, el regreso de una relativa calma social, deben facilitar las relaciones internacionales, pero hay que trabajar para favorecer la inversión y el empleo”, añade el dirigente empresarial, que urge al Gobierno a aplicar medidas. “Primero –dice–, hay que adelgazar el aparato funcionarial. Lo hacen muchos países ante la crisis, así como relajar la presión fiscal para reactivar la inversión y la economía; aquí se hace lo contrario. Vemos mucha incongruencia en las políticas”. Tras su crisis política, Honduras sufre la crisis económica mundial, pero Larach asegura que hay interés inversor extranjero. Sobre todo, en las energías (hídrica, eólica y solar), las infraestructuras y la agroindustria, que ya ha sido siempre, con la banana y otros productos, un sector de peso. El café es el primer producto de exportación, después que la producción se ha casi duplicado en dos años, animada por un precio más alto que nunca. El turismo es otro sector que crece –“ni aprovechamos el 10% del potencial”, asegura Larach–. En España, se promocionan vuelos a Roatán, la mayor de las islas Bahía, un refugio caribeño que suele atraer turismo estadounidense. El país promueve además su rica biodiversidad y su huella maya y colonial.