Día 27/09/2011

Aun en el avión, nada más entrar en la frontera aérea vemos como es en esta época honduras. zonas muy verdes con pequeñas aldeas, mucho monte y bosque. Tegucigalpa es muy grande. Con muchas diferencias entre los distintos barrios. Barrios con todo tipo de servicios, carreteras, y otros con caminos de tierra, con alguna pequeña tienda(pulperías).

Una vez que bajamos del avión, primer susto del día. Nos pasan las maletas por el detector y 6 de las 8 que llevamos a revisar. El embutido, aceite corren peligro. Nos abren las maletas y el que las revisa pone muy mala cara al salchichón y nos deja pasar todo. En el aeropuerto nada más salir viene un hombre y nos ofrece cambio a lempiras. Y delante de la policía cambiamos el dinero.

Nos recogen y nos llevan a la escuela santa teresa. Donde vamos a vivir este tiempo. La santa teresa es una escuela con alrededor de 1500 cipotes(niños). Se organizan en tres turnos de clases. Mañanas, tardes y noches. En el último turno vienen niños que por circunstancias tienen que trabajar. También hay una casa populorun, que es un proyecto que acoge chavales de aldeas lejanas para que puedan estudiar y formarse. Estamos en un barrio muy conflictivo de Tegucigalpa. Donde hay maras juveniles, y donde no es conveniente salir de noche solos. El colegio tiene guardia de seguridad las 24 horas.

Nos sorprende mucho el como nos ven los niños. Se te acercan, te abrazan continuamente, te mira como si fueses algo especial. Es algo que te llena muchísimo, el poder hacer feliz a un niño con tan solo abrazarle.
Antes de dormir nos invitan a la oración de los populorun. Donde nos sorprende la gran fe que tienen los chavales de tan solo 16-20 años y la oración que hacen. Dando gracias por muchas cosas, por la vida, por los voluntarios y por poder vivir otro día más.

El día acaba a las 21 horas, reventados, con un cambio muy fuerte. Con muchas cosas que asimilar y con muchas ganas de trabajar.





Un saludo. Besos y abrazos.